Aquí un recuento de las más comunes.
Los hampones obtienen
información de las empresas a
través de Internet. Buscan que los
productos sean rentables para su
posterior comercialización en el
mercado negro. Crean una
empresa
con información falsa o
también
suplantan a una
legalmente
constituida. Se
promocionan por
página web y en
redes sociales.
El supuesto cliente
contacta vía
telefónica con la
empresa, solicita
cotización de
precios y añade que
el pedido lo
necesita urgente. Una
vez cerrado
el contrato, el timador
ofrece pago
en efectivo o cheque
de gerencia.
Hace el depósito con
un cheque
robado o de cuentas
canceladas o
bloqueadas y envía al
negociante
una foto de un voucher
falso y
entrega la mercadería
confiado en
el depósito.
Los delincuentes ofrecen a
través de las redes sociales
vehículos usados con el gancho
de que pertenecieron a supuestas
empresas. Utilizan nombres de
empresas ficticias o clonan
cuentas
de casa de ventas de
autos. Los
precios son por debajo
del mercado.
El interesado de
contacta con el
número de celular
que aparece en
la red social y el
supuesto vendedor
pide un 20% de
adelanto para
separar el vehículo.
Los convencen
con el pretexto de
que hay varios
interesados. La
víctima realiza el
depósito a una
cuenta bancaria y
después
cancelan el número
de celular.
El estafador se hace pasar como
el supuesto amigo o familiar,
identidad que ha sido suplantada
de la red social Facebook. A través
de mensajes por Messenger o
WhatsApp se comunica a la
víctima
con diversos argumentos,
entre
ellos que perdió el vuelo y
que
sus maletas quedaron
retenidas,
conteniendo objetos
valiosos, en
el país de destino, en
este caso
Perú. Le dice que un
funcionario
(aerolínea, Sunat,
Aduanas o
empresa de courrier) lo
llamará y le
insta a pagar cierto
monto de dinero
para recuperar las
maletas y, poco
después, le pide
más.
El estafador obtiene información
de la víctima a través de las
redes sociales y busca que tenga
familiares o amistades que residan
en el extranjero. Llama al celular
del blanco de la estafa y se hace
pasar por su pariente. Llorando
y desesperado pide ayuda a la
víctima indicando que la van a
operar de cáncer a la mama y que
por favor le hagan un depósito
urgente a una cuenta bancaria
de un supuesto médico porque
caso contrario pierde la cita y la
programación de
la presunta operación.
La victima ingresa a páginas web
falsas de brokers y deja sus datos.
Luego la contactan y le dicen que
tienen experiencia en la bolsa de
valores y que saben cómo ganar
dinero e incentivan a ingresar a
una
plataforma e inclusive les
brindan
su usuario y contraseña.
Primero
piden depositar sumas de
dinero de
bajo monto como
US$200. Después
le informan que
se ha doblado
la inversión y piden
un nuevo
depósito. Días después
llama pero
esta vez informan a la
víctima que
está por perder su
inversión por lo
que tiene que
depositar más dinero
y así
sucesivamente y la víctima
nunca
ve su ganancia y cuando
busca
retirar le dicen que
todo se perdió.
A través de las redes sociales, los
hampones con páginas clonadas
de
empresas legalmente
constituidas,
buscan
inversionistas para
diferentes
rubros. Hacen creer a
los
interesados que su capital se
incrementará y que pagarán
fuertes
sumas de dinero cada
semana. Las
víctimas se
deslumbran por las
ganancias solo
con invertir capital
pero una vez
que los estafadores
reciben el
dinero desaparecen de la
red social
y crean otra.
Otra de las modalidades de estafa
es el ‘cuento de las pepitas de oro’ o
también el ‘cuento de las monedas
de oro’. En ambos casos el modus
operandi es igual y solo cambia
el supuesto objeto preciado. El
estafador, que se hace pasar como
un provinciano recién llegado a la
capital, capta a un transeúnte y
utiliza diversos argumentos como
que está perdido en Lima y que
está buscando la forma de volver
a su lugar de origen o tiene a un
familiar
grave. Le dice a su víctima
que
está vendiendo monedas de
oro o
pepitas de oro que trae
desde
su tierra.
Sin embargo, en un descuido les
cambian el paquete y les entregan
piedras, monedas de diez céntimos
o papel recortado.
Textos:
Lina Ávila
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